Al hablar de la publicidad hacemos de igual forma referencia a la promoción,
una de las más poderosas armas de la mercadotecnia la cual las empresas,
organizaciones no lucrativas, instituciones y hasta personas individuales
utilizan para difundir un mensaje que tiene relación con determinado producto
idea o servicio y está dirigido a cierto
sector o público objetivo del mercado.
La publicidad, es una
comunicación masiva cuya finalidad es transmitir información y/o incidir sobre
las actitudes (creándolas, modificándolas o reforzándolas) para impulsar a los
destinatarios de la misma a un comportamiento favorable a los intereses del
anunciante.
Frente a esta estrategia de
comunicación y mercadeo en la que es frecuente el uso de palabras como rebajas
y ganga, se ha desarrollado uno de los temas más difíciles de tratar cuando de
transparencia y lealtad estamos hablando: la llamada publicidad engañosa, que
además de traicionar la confianza del consumidor y despertar su reacción,
termina deteriorando las verdaderas relaciones comerciales que se han entablado
con la competencia.
La publicidad se basa en
el análisis de las necesidades y motivaciones del comprador, para incitarle a
la percepción positiva de una empresa y/o sus productos. Toda su eficacia se
debe a su capacidad para persuadir y convencer al comprador por ello, recurre a
las técnicas más sofisticadas de la comunicación humana para lograr su objetivo
de persuasión y utiliza todos los medios de comunicación a su alcance para
influir en el mayor número posible de individuos. Por ello, la publicidad se ha
convertido en uno de los fenómenos más generalizado y característico de la
sociedad.
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